Social E-Commerce: crecimiento imparable

En apenas tres años, se prevé que el crecimiento del Social E-Commerce se triplique si se compara con el crecimiento del comercio electrónico tradicional. Esto se debe, en gran medida, al impulso que ejercen los usuarios hiperconectados de la generación Millenial y la apasionante y desafiante Generación Z. 

Según el informe de Accenture, Why the future of shopping is set for a social revolution[SGS1], actualmente, poco menos de dos tercios de los usuarios activos en redes sociales (alrededor de un 64%), completan el proceso de compra en alguna red social (desde el descubrimiento hasta el pago final). Sin embargo, el aumento del tiempo de consumo en plataformas sociales y la remodelación de las formas de impacto y compra fomentarán el incremento de este porcentaje hasta elevarlo a máximos históricos. 

El mayor hándicap para los usuarios sigue siendo la seguridad a la hora de ejecutar el pago y las barreras de comunicación que implican el reembolso o el cambio de producto. Pero, eliminadas estas barreras, el índice de confianza se elevará en los usuarios llegando al punto que comentábamos en párrafos anteriores.

La tendencia de comprar a través de las redes sociales (con una experiencia completa) creció durante los primeros meses de confinamiento en el año 2020, haciendo que, según diferentes estudios y expertos, el Social E-Commerce se convierta en la nueva línea de base en las compras digitales.

Líneas fundamentales del Social E-Commerce

  1. Contenido: el que impacta, el que conocemos y el que sitúa la marca. Contenido único creado para impulsar el conocimiento o la acción inmediata. Los usuarios, a través de las redes sociales, experimentan, descubren y conocen experiencias y productos. 
  2. Impulso de la experiencia: las redes sociales estimulan y conducen a los usuarios a sentir experiencias de producto o sensaciones a través de VR o experiencias de transmisión en vivo. Se trata de un valor añadido a la hora de lanzar el contenido.
  3. Red de apoyo: los usuarios se apoyan en sus redes sociales para obtener descuentos o productos, así como para comprar o vender. Estos son modelos muy exitosos en países como China (Pinduoduo) o en India (Meesho).

Estas tres líneas del Social E-Commerce tienen en común la creatividad y el poder del usuario.  

¿Qué productos podemos vender?

El informe anteriormente citado indica que, en 2025, la mayor cantidad de compras a través de redes sociales se destinará a la moda (18 %), a los productos electrónicos de consumo (13%) y a la decoración del hogar (7 %). Los alimentos frescos también representarán una gran categoría de compra (13 %). También, se prevé que la belleza y el cuidado personal ganen terreno rápidamente y generen alrededor del 40 % del gasto digital promedio para esta categoría en los mercados clave.

Social E-Commerce, ¿solo para grandes marcas?

Cualquier marca, grande o pequeña, puede vender a través de las redes sociales ampliando la formación en sus equipos a través, por ejemplo, del Máster Community Manager y Social Media Strategy, donde se puede profundizar en la estrategia y la planificación de inversiones pagadas en redes sociales. Esto tiene implicaciones enormemente positivas para las pequeñas y medianas empresas, para los emprendedores y para otro tipo de negocios, ya que, gracias al Social E-Commerce, se puede llegar a impactar potencialmente a mercados y públicos masivos que, antes, sin una estrategia de Social Ads, no estaban disponibles. 

El mercado está cambiando y las grandes marcas no solo compiten entre ellas, sino que tienen que enfrentarse a la creciente competencia de miles de empresas pequeñas que ejecutan con éxito estrategias de captación y venta a través de las redes sociales. Un gran ejemplo de esto es la marca de belleza Glow Recipe. La marca de cosméticos, en apenas un año en TikTok, ha generado más del 90% de tráfico a su web a través de esta red social y ha aumentado sus ventas un 600% después de que un influencer (con más de 7 millones de seguidores) presentara un producto a través de un vídeo en TikTok.

Entonces, ¿qué significa esto para las marcas pequeñas y las plataformas emergentes? 

Muy sencillo a la vez que complejo. El modelo debe ir adaptándose constantemente. El Social    E-Commerce nos ofrece una nueva vía que explorar, explotar y reinterpretar constantemente.

Para las redes sociales, abre nuevas fuentes de ingresos justo cuando se espera que el crecimiento de la publicidad digital se desacelere. Para las marcas pequeñas, supone una oportunidad para desarrollar nuevos tipos de experiencias de compra, nuevos tipos de campañas, la capacidad de conectar de una nueva forma y encontrar el método adecuado para involucrar a usuarios y creadores de contenidos. 

Para las marcas grandes, significa adoptar el cambio de grande a pequeño, empoderar a las pequeñas empresas e interactuar directamente con los consumidores a través de las plataformas sociales.

Si bien aún nos encontramos en la primera etapa, estamos observando cómo se cimentan los pasos de manera sólida. Nike, por ejemplo, está mostrando lo que las marcas pueden llegar a lograr pensando de este modo. Mejor dicho, repensando.

Se ha creado una aplicación basada en la comunidad, NbG, (Nothing but Gold) que sienta las bases para captar a los usuarios más jóvenes. Esta app engloba contenido sobre lifestyle, deporte y cuidado personal, y permite comprar directamente en ella. Nada de webs externas ni de procesos lentos y tediosos. Aquí, ahora y dentro de la app. Seguro, fácil y rápido. 

¿Será este el siguiente paso?  ¿Tendremos que adaptarnos pequeñas, medianas y grandes empresas a este thinking? ¿Cuál crees que es el paso que debe dar tu negocio a corto plazo a través de redes sociales?

Autora: Sara García profesora de Estrategias de Marketing de Contenidos en IM Digital Business School.


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